Con un retraso de 40 días sobre la fecha programada porque no eran propicios los días, al final hemos realizado la etapa que merecía un día como el de hoy, con los cielos limpios y el verde de los campos en su esplendor. La única pega, que en la subida al collado de Sobrepeñas desde la parte palentina ha hecho calor pero lo hemos superado descansando en el collado el tiempo necesario y contemplando unas vistas en 360º.
El descenso hacia el Mirador de Piedrasluengas y la bajada por pista cómoda hasta el final de la ruta nos hemos hecho merecedores de un final como muestran las imágenes últimas.
Con el aliciente de ver varias huellas recientes del paso de un oso.