Dada la temperatura que íbamos a tener, cambié la ruta por el Ebro para tener más recorrido con sombra que si hubiéramos hecho la ruta circular programada por el valle de Manzanedo. Pero sin dejar de ver lo que pretendía que era visitar la rupestre de San Pedro de Argés y el monasterio de Sta. Mª de Rioseco, enclave éste que no ha defraudado a nadie.
Día de calor pero algo menos que a pleno sol.
